CRECE LA SENSACIÓN DE QUE
ESTAMOS GOBERNADOS POR SUJETOS INCAPACES Y PERJUDICIALES PARA EL INTERÉS
GENERAL:
Hoy día es imposible echar un
vistazo a la prensa sin que nos invada un enorme sentimiento de impotencia.
¿Cómo es posible que todo funcione tan mal?, nos preguntamos. Partidos
políticos que mienten a su electorado; decisiones arbitrarias e
incomprensibles; corrupción generalizada; gobiernos que ocultan datos sobre
substancias nocivas; corporaciones que compran congresos enteros... Pero, ¿qué
hay tras estos desvarío? ¿Será cierto (como apuntan algunos expertos) que
estamos gobernados por psicópatas?
Comencemos definiendo el término:
La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad. No es en sí una
enfermedad, sino más bien una “forma de ser”, hecho que arroja algunos
problemas en cuanto a su “tratamiento”, especialmente porque para este
trastorno no se conoce cura posible.
Esta forma de ser antisocial se
reconoce por rasgos como los siguientes: No pueden
empalizar ni sentir remordimientos (para ellos las personas y los objetos
tienen el mismo valor), suelen ser encantadores hábiles social-mente,
simpáticos y atrayentes. Son así de carismáticos porque mienten constantemente
para conseguir sus fines, sin que les importe nada cualquier otra cuestión. El
psicópata no tiene la capacidad de sentir emociones suele simularlas para
conseguir beneficios De hecho, muchos psicópatas en primera instancia parecen
gente muy preocupada por el prójimo, los animales o el medio ambiente. Sin
embargo, la verdad es otra pues, en realidad, se trata de “desalmados”.Te usan
en su propio beneficio no sienten ningún remordimiento y piensan que tienen
derecho sobre los demás. Son incapaces de aceptar sus errores y, si lo hacen,
es sólo coyuntural-mente para lograr otro fin. Además, no se suelen adaptar a
las normas, son impulsivos, deshonestos y muestran despreocupación por la
seguridad. De todas las facetas conocidas de los psicópatas, sin
duda la más popular es la del asesino o “psi-cokiller”, al estilo de Ted Bundy.
La buena noticia es que este tipo es muy reducido en número. La mala es que
existen otros muchos psicópatas que pasan inadvertidos. También se les llama
sociópatas. Están entre nosotros, parecen normales, pero no sienten como
nosotros y no tienen reparo en usarte o hacerte daño si les interesas.
DÓNDE ENCONTRARLOS:
Se estima que sólo en España
pueden existir alrededor del 1.300.000 sociópatas. Pero, ¿están realmente
distribuidos de forma aleatoria? Pues sí, aunque no del todo... El psicólogo
británico Kevin Dutton, en su libro La sabiduría de los psicópatas, afirma que
hay algunas profesiones que atraen más a los psicópatas. Existe una sinergia
entre ciertos puestos profesionales y las desequilibradas mentes que nos
ocupan. Entre las profesiones favoritas de los
psicópatas se encuentran: directores de empresas, abogados, vendedores,
cirujanos, periodistas, policías, clérigos y empleados públicos, entre otras.
Suelen ser puestos donde se requiere la habilidad de tomar “decisiones objetivas,
frías, desapegadas de sentimientos, drásticas o duras”.
Existe un libro muy interesante a
este respecto llamado ¿Es usted un psicópata? Está escrito por el periodista
británico Jon Ronson y, además de presentar las claves de lo que es un psicópata,
establece las relaciones entre estructuras de poder y los psicópatas sociales. Ronson muestra que las estructuras de poder, como
grandes empresas, gobiernos, organizaciones, etcétera, son el campo perfecto
para los psicópatas pues éstos encuentran aquí un ambiente ideal donde poder
medrar y promocionar. De la misma manera, la naturaleza de estas
estructuras premia los rasgos psicopáticos: ambición, falta de empatía, ser
capaz de hacer cualquier cosa por ascender... En definitiva, los
típicos rasgos del “ejecutivo agresivo”. La consecuencia de esta simbiosis
entre psicópatas y estructuras de poder es que, con el tiempo, tales
estructuras acaban siendo dirigidas por psicópatas. Quizás encontramos aquí
una de las explicaciones más convincentes de porqué la política y la economía
son como son. Ronson dice que cuanto más asciendas en la escala social, mayor
será el número de socio-patas que encuentres. Y esto es así, según la doctora
Martha Stout, de la facultad de medicina de Harvard, porque los psicópatas son
mucho más eficaces a la hora de ascender en la escala social. Están mejor
adaptados. De hecho, hay sectores de la industria donde es particularmente
difícil tener éxito si uno no tiene ciertos rasgos de psicopatía. El sector
bancario es uno de ellos. La prueba es que basa su éxito en explotar a los
clientes. Otro campo donde los psicópatas campas a sus anchas es, sin duda, el
mundo de la política. Los políticos de gran talla
son generalmente psicópatas, por una sencilla razón: el psicópata ama el poder.
Probar la relación entre psicópatas y líderes, especialmente dictadores,
resulta fácil. Es curioso que las
diferencias entre los perfiles de dictadores y políticos de naciones
democráticas no sean tan diferentes como pudiera imaginarse. Es más, podrían
ser muy similares, pero sucede que no todos los líderes tienen el mismo poder
para imponer sus normas.
LÍDERES INADAPTADOS:
Llegados a este punto, es
importante probar que una buena parte del mundo está dirigido por psicópatas.
Busquemos acontecimientos para demostrar que muchos países han tenido
dirigentes que no dudaron en exterminar, asesinar, torturar y hacer
desaparecer a su propio pueblo, rasgo inconfundible de psicopatía. Miremos la
siguiente relación. Las cifras son impactantes. Argentina (desde 1976 a 1983): se estiman en
30.000 los desaparecidos, muchos de ellos arrojados al mar desde aviones. Uganda
(desde 1971 a
1979): entre 300 y 500 mil víctimas; se cuenta que el dictador Idi Amin alimentaba
a sus cocodrilos con la carne de adversarios políticos. Chile (desde 1973 a 1990): 35.000
víctimas, entre ellas 3.400 violaciones sistemáticas de mujeres, muchas usando
perros entrenados para ello. Colombia (desde junio de 2005 a enero de 2011): la Fiscalía de la Nación publica un informe:
173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467 desapariciones y, al menos, 74.990
desplazamientos forzados. Durante este periodo se usaron hornos crematorios
para hacer desaparecer cadáveres o para quemar personas vivas. Guatemala
(desde 1960 a
1996): 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos usando la “estrategia de tierra
quemada” en territorios con presencia guerrillera, provocando el exterminio de
comunidades rurales enteras, con actos como violaciones sistemáticas,
asesinato de mujeres embarazadas y dejando vivos a unos pocos testigos para que
difundieran el terror vivido. El Salvador: 75.000 muertos y desaparecidos en la
década de los 80.Todos ellos, actos cometidos por las fuerzas armadas y los
escuadrones de la muerte. Camboya (desde 1976 a 1979): el dictador Pol Pot, al frente de
los Jemeres Rojos, exterminó a un tercio de la población del país: más de 2
millones de personas. EEUU no practica desapariciones ni torturas en su
propio suelo, pero tiene cárceles secretas, tipo Guantánamo. Lo que sí hace es
apoyar el terrorismo de estado en otros países para impulsar sus intereses. Proporcionó
armamento y financió a escuadrones de la muerte en El Salvador, los “contras”
de Nicaragua, a futuros miembros de AL-Qaeda en Afganistán (contra la URSS ). Apoyó el golpe de
Pinochet en Chile, etc. También secuestra, tortura y asesina en suelo
extranjero. Por ejemplo, con el programa PHOENIX de la CÍA , destinado a desencadenar
una revuelta popular en Vietnam del Sur. Entre 1968 y 1971, 20.587 personas
fueron secuestradas, torturadas, ejecutadas, masacradas, liquidadas o
descuartizadas y sus restos esparcidos por la jungla, todo ello gracias a este
programa. Se estima que EE UU ha matado a 20 millones de personas en 37 países
desde el fin de la II Guerra
Mundial.
Podríamos seguir con una lista
interminable de países que no han sido citados aquí. Baste decir que, en China,
Mao Tse Tung mató al menos a 35 millones de personas. Stalin probablemente a
unos 20 millones. A Hitler se le estiman entre 11 y 12 millones de víctimas.
Probar que las democracias del mundo están dirigidas por psicópatas, si bien
puede no ser tan evidente como en los regímenes dictatoriales, tampoco es tan
difícil. Recordemos que el psicólogo Kevin Dutton decía que los directores de
empresa, especialmente si son corporaciones o multinacionales, son sospechosos
de ser psicópatas. Quizás, en el fondo, lo realmente importante no es que los
dirigentes de estas empresas sean psicópatas, sino que las empresas que
dirigen acaben “comportándose” como tales.
CAPITALISMO CRUEL:
Existe un trabajo fundamental y
necesario para entender cómo es el mundo en que vivimos. Se titula
Corporaciones: ¿Instituciones o psicópatas? Se trata de un documental
canadiense de 2003 que realiza un paralelismo entre la conducta de la
corporación moderna con ánimo de lucro y el comportamiento de un psicópata clínicamente
diagnosticado. Los criterios del documental están sacados del Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV). Estos criterios
son: Cruel indiferencia por los sentimientos de los demás; temerario desprecio
por la seguridad de los demás; falsedad; mentir y engañar repetidamente a los
demás para conseguir un beneficio; incapacidad de sentirse culpable e
incapacidad para ajustarse a las normas sociales relacionadas con el
cumplimiento de las leyes. El documental, de casi tres horas de duración,
muestra cómo las grandes corporaciones, aquellas que realmente dirigen y
controlan el mundo, tienen un comportamiento que podría ser diagnosticado de
psicópata. Un ejemplo de este comportamiento psicopático lo podemos ver en la
llamada la Guerra
del Agua de Cochabamba, en Bolivia, ocurrida en 2000. Este conflicto bélico se
desencadenó por la privatización del abastecimiento de agua municipal en favor
de la Bechtel
Corporation. Cochabamba tiene en torno a un millón de habitantes
y es la tercera ciudad más poblada de Bolivia. En 1993, impulsada por el Banco
Mundial, Bechtel firmó un contrato con el presidente de Bolivia (Hugo
Banzer). En pocos años, la tarifa de aguas subió en torno a un 200%. Dado el
nivel de vida de la población, muchas personas se vieron obligadas a retirar a
sus hijos de las escuelas o a dejar de ir al médico al objeto de poder pagarse
el agua y sobrevivir. Para impulsar la política de privatización del agua, el
gobierno boliviano aprobó la Ley
2029, que entre otras cosas prohibía que la gente recogiera ¡agua de lluvia!
Como consecuencia, la población
se movilizó y hubo disturbios que duraron varios meses. El estado respondió con
la represión, arrestando a los líderes de las protestas y declarando el estado
de sitio. Al final, las presiones lograron derogar la ley. Además, Bechtel
denunció al gobierno boliviano y reclamó indemnizaciones por valor de 25
millones de dólares. Este evento supuso un cambio en la mentalidad
(psicopática) de las corporaciones. A partir de ese momento, se siguieron
impulsando planes de privatización de agua en todo el mundo; pero ahora se
procura hacer de manera que no se provoquen levantamientos.
SOCIEDAD ENFERMA:
En el mundo actual, es innegable
que quienes ostentan el poder son mucho más las empresas, los bancos, el
capital en sí, que los gobiernos, los cuales hacen de interfaz entre los
verdaderos amos y el pueblo.
Se ha acuñado el término
corporativismo, es decir, el gobierno de las corporaciones y multinacionales.
Hoy se dice que la verdadera democracia está en los consejos de administración
de grandes bancos y empresas, mucho más que en el sufragio popular. Si
aceptamos esto, nos podemos preguntar en qué afecta esto a nuestra vida
diaria, es decir, ¿en qué notamos que estamos gobernados por psicópatas?
Siempre que hablamos de psicópatas acabamos hablando de víctimas. Es
inevitable. La gran víctima de estar dirigidos por psicópatas es la sociedad,
así en general. Sin que ello no implique que todos seamos víctimas individuales
a su vez. No sólo en el aspecto de tener que sufrir un modelo injusto que
deteriora el medio ambiente y nos impulsa a consumir cosas que realmente no
necesitamos; es el modelo mental de la población, el gran afectado. Son las
ideas de cómo ha de vivirse la vida, las que nos cuesta ver y entender, de la
misma manera que el pez no repara en el agua en la que nada. Los psicópatas han
moldeado la sociedad, la han hecho más psicópata.
Por ejemplo, la publicidad
procura disociar-nos en los procesos de consumo y producción industrial. Hay
toda una industria de información y entretenimiento que intenta que no seamos
capaces de unir las causas con las consecuencias. Así, se intenta que seamos
adictos a un estado consumista (es más, nos llaman consumidores), pero que
neguemos o ignoremos los efectos medioambientales de nuestro modelo de
producción y consumo.
También
se intenta que pensemos que vivimos en estados de derecho, donde el poder emana
del ciudadano, cuando la realidad es que sólo podemos votar una vez cada cuatro
años y generalmente a partidos corruptos. El estado se vende al dinero en
detrimento del electorado. Los procesos de privatización de las empresas públicas son generalmente una forma de erosión del ejecutivo ya que el estado
pierde su poder regulador en la economía y los servicios públicos y las
empresas tienen una mayor influencia en las decisiones del mismo.
Se nos
hace ver como necesarios y convenientes los procesos de privatización cuando
en realidad consisten en robar a todo el mundo un poco de bien común a fin
de dárselo a otro y que pueda ganar dinero con ello vendiéndoselo a los primeros
Se miente diciendo que “no es rentable , pese a que el leit-motivde las privatizaciones lo constituyen los beneficios que reportan. Se nos hace ver
que la guerra es algo normal y se nos manipula con el miedo. Miedo al terrorista (muchas veces inexistente), miedo al diferente miedo a perder nuestra
seguridad. Este miedo visceral impuesto y fomentado desde los grandes medios
de comunicación es una consecuencia directa de estar gobernados por psicópatas.
MENTIROSOS COMPULSIVOS:
La crisis económico-social
desatada como pandemia a nivel internacional, es una muestra irrefutable de
psicopatía a escala planetaria. Se hace que nos parezca normal y/o inevitable
un mundo donde mueren de hambre miles de seres humanos, mientras esa tragedia
coexiste con fortunas astronómicas. Es otra consecuencia de la psicopatía de nuestra
sociedad. Otro de los rasgos notables del psicópata es su propulsión hacia la
mentira. Qué decir de las relaciones públicas y la comunicación corporativa.
Siempre que un político habla por un micrófono que, sin saberlo, estaba
encendido, o cuando tenemos acceso a e-mails privados de gobiernos o
empresas, nos damos cuenta que de cara a la opinión pública todo es teatro.
Sabemos de gobiernos y empresas que ocultan información vital a la salud
pública. Desde la toxicidad de ciertos productos, pasando por los niveles de
metales pesados en el pescado. En el fondo, las élites desprecian a la gente común.
Esto se puede ver a diario en noticias de corrupción o declaraciones de
políticos...
Como dice el psicólogo Robert Haré:
Los psicópatas de a pie destruyen familias.
Los psicópatas corporativos, políticos y religiosos destruyen economías y sociedades enteras.
*La política es el arte de disfrazar
de interés general el interés particular.
*En ocasiones nos encontramos con
nuestro verdadero enemigo: NOSOTROS.
*Lo peor que hacen los malos es
obligarnos a dudar de los buenos.
[J§l].
MMXIII.
NO HAY ANIMAL TAN
MANZO, QUE ATADO NO SE IRRITE.
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