La Historia no contada

La Historia no contada
José Luis Rodríguez Pereiro

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿QUIEN NOS GOBIERNA?

CRECE LA SENSACIÓN DE QUE ESTAMOS GOBERNADOS POR SUJETOS INCAPACES Y PERJUDICIALES PARA EL INTERÉS GENERAL:

Hoy día es imposible echar un vistazo a la prensa sin que nos invada un enorme sentimiento de impotencia. ¿Cómo es posible que todo funcione tan mal?, nos preguntamos. Partidos políticos que mienten a su electorado; decisiones arbitrarias e incomprensibles; corrupción generalizada; gobiernos que ocultan datos sobre substancias nocivas; corporaciones que compran congresos enteros... Pero, ¿qué hay tras estos desvarío? ¿Será cierto (como apuntan algunos expertos) que estamos gobernados por psicópatas?
Comencemos definiendo el término: La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad. No es en sí una enfermedad, sino más bien una “forma de ser”, hecho que arroja algunos problemas en cuanto a su “tratamiento”, especialmente porque para este trastorno no se conoce cura posible.
Esta forma de ser antisocial se reconoce por rasgos como los siguientes: No pueden empalizar ni sentir remordimientos (para ellos las personas y los objetos tienen el mismo valor), suelen ser encantadores  hábiles social-mente, simpáticos y atrayentes. Son así de carismáticos porque mienten constantemente para conseguir sus fines, sin que les importe nada cualquier otra cuestión. El psicópata no tiene la capacidad de sentir emociones  suele simularlas para conseguir beneficios  De hecho, muchos psicópatas en primera instancia parecen gente muy preocupada por el prójimo, los animales o el medio ambiente. Sin embargo, la verdad es otra pues, en realidad, se trata de “desalmados”.Te usan en su propio beneficio  no sienten ningún remordimiento y piensan que tienen derecho sobre los demás. Son incapaces de aceptar sus errores y, si lo hacen, es sólo coyuntural-mente para lograr otro fin. Además, no se suelen adaptar a las normas, son impulsivos, deshonestos y muestran despreocupación por la seguridad. De todas las facetas conocidas de los psicópatas, sin duda la más popular es la del asesino o “psi-cokiller”, al estilo de Ted Bundy. La buena noticia es que este tipo es muy reducido en número. La mala es que existen otros muchos psicópatas que pasan inadvertidos. También se les llama sociópatas. Están entre nosotros, parecen normales, pero no sienten como nosotros y no tienen reparo en usarte o hacerte daño si les interesas.

DÓNDE ENCONTRARLOS:
Se estima que sólo en España pueden existir alrededor del 1.300.000 sociópatas. Pero, ¿están realmente distribuidos de forma aleatoria? Pues sí, aunque no del todo... El psicólogo británico Kevin Dutton, en su libro La sabiduría de los psicópatas, afirma que hay algunas profesiones que atraen más a los psicópatas. Existe una sinergia entre ciertos puestos profesionales y las desequilibradas mentes que nos ocupan. Entre las profesiones favoritas de los psicópatas se encuentran: directores de empresas, abogados, vendedores, cirujanos, periodistas, policías, clérigos y empleados pú­blicos, entre otras. Suelen ser puestos donde se requiere la habilidad de tomar “decisiones objetivas, frías, desapegadas de sentimientos, drásticas o duras”.
Existe un libro muy interesante a este respecto llamado ¿Es usted un psicópata? Está escrito por el periodista británico Jon Ronson y, además de presentar las claves de lo que es un psicópata, establece las relaciones entre estructuras de poder y los psicópatas sociales. Ronson muestra que las estructuras de poder, como grandes empresas, gobiernos, organizaciones, etcétera, son el campo perfecto para los psicópatas  pues éstos encuentran aquí un ambiente ideal donde poder medrar y promocionar. De la misma manera, la naturaleza de estas estructuras premia los rasgos psicopáticos: ambición, falta de empatía, ser capaz de hacer cualquier cosa por ascender... En definitiva, los típicos rasgos del “ejecutivo agresivo”. La consecuencia de esta simbiosis entre psicópatas y estructuras de poder es que, con el tiempo, tales estructuras acaban siendo dirigidas por psicópatas. Quizás encontramos aquí una de las explicaciones más convincentes de porqué la política y la economía son como son. Ronson dice que cuanto más asciendas en la escala social, mayor será el número de socio-patas que encuentres. Y esto es así, según la doctora Martha Stout, de la facultad de medicina de Harvard, porque los psicópatas son mucho más eficaces a la hora de ascender en la escala social. Están mejor adaptados. De hecho, hay sectores de la industria donde es particularmente difícil tener éxito si uno no tiene ciertos rasgos de psicopatía. El sector bancario es uno de ellos. La prueba es que basa su éxito en explotar a los clientes. Otro campo donde los psicópatas campas a sus anchas es, sin duda, el mundo de la política. Los políticos de gran talla son generalmente psicópatas, por una sencilla razón: el psicópata ama el poder. Probar la relación entre psicópatas y líderes, especialmente dictadores, resulta fácil. Es curioso que las diferencias entre los perfiles de dictadores y políticos de naciones democráticas no sean tan diferentes como pudiera imaginarse. Es más, podrían ser muy similares, pero sucede que no todos los líderes tienen el mismo poder para imponer sus normas.

LÍDERES INADAPTADOS:
Llegados a este punto, es importante probar que una buena parte del mundo está dirigido por psicópatas. Busquemos acontecimientos para demostrar que muchos países han tenido dirigentes que no dudaron en exterminar, asesinar, torturar y hacer desaparecer a su propio pueblo, rasgo inconfundible de psicopatía. Miremos la siguiente relación. Las cifras son impactantes. Argentina (desde 1976 a 1983): se estiman en 30.000 los desaparecidos, muchos de ellos arrojados al mar desde aviones. Uganda (desde 1971 a 1979): entre 300 y 500 mil víctimas; se cuenta que el dictador Idi Amin alimentaba a sus cocodrilos con la carne de adversarios políticos. Chile (desde 1973 a 1990): 35.000 víctimas, entre ellas 3.400 violaciones sistemáticas de mujeres, muchas usando perros entrenados para ello. Colombia (desde junio de 2005 a enero de 2011): la Fiscalía de la Nación publica un informe: 173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467 desapariciones y, al menos, 74.990 desplazamientos forzados. Durante este periodo se usaron hornos crematorios para hacer desaparecer cadáveres o para quemar personas vivas. Guatemala (desde 1960 a 1996): 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos usando la “estrategia de tierra quemada” en territorios con presencia guerrillera, provocando el exterminio de comunidades rurales enteras, con actos como violaciones sistemáticas, asesinato de mujeres embarazadas y dejando vivos a unos pocos testigos para que difundieran el terror vivido. El Salvador: 75.000 muertos y desaparecidos en la década de los 80.Todos ellos, actos cometidos por las fuerzas armadas y los escuadrones de la muerte. Camboya (desde 1976 a 1979): el dictador Pol Pot, al frente de los Jemeres Rojos, exterminó a un tercio de la población del país: más de 2 millones de personas. EEUU no practica desapariciones ni torturas en su propio suelo, pero tie­ne cárceles secretas, tipo Guantánamo. Lo que sí hace es apoyar el terrorismo de estado en otros países para impulsar sus intereses. Proporcionó armamento y financió a escuadrones de la muerte en El Salvador, los “contras” de Nicaragua, a futuros miembros de AL-Qaeda en Afganistán (contra la URSS). Apoyó el golpe de Pinochet en Chile, etc. También secuestra, tortura y asesina en suelo extranjero. Por ejemplo, con el programa PHOENIX de la CÍA, destinado a desencadenar una revuelta popular en Vietnam del Sur. Entre 1968 y 1971, 20.587 personas fueron secuestradas, torturadas, ejecutadas, masacradas, liquidadas o descuartizadas y sus restos esparcidos por la jungla, todo ello gracias a este programa. Se estima que EE UU ha matado a 20 millones de personas en 37 países desde el fin de la II Guerra Mundial.
Podríamos seguir con una lista interminable de países que no han sido citados aquí. Baste decir que, en China, Mao Tse Tung mató al menos a 35 millones de personas. Stalin probablemente a unos 20 millones. A Hitler se le estiman entre 11 y 12 millones de víctimas. Probar que las democracias del mundo están dirigidas por psicópatas, si bien puede no ser tan evidente como en los regímenes dictatoriales, tampoco es tan difícil. Recordemos que el psicólogo Kevin Dutton decía que los directores de empresa, especialmente si son corporaciones o multinacionales, son sospechosos de ser psicópatas. Quizás, en el fondo, lo realmente importante no es que los dirigentes de estas empresas sean psicópatas, sino que las empresas que dirigen acaben “comportándose” como tales.

CAPITALISMO CRUEL:
Existe un trabajo fundamental y necesario para entender cómo es el mundo en que vivimos. Se titula Corporaciones: ¿Instituciones o psicópatas? Se trata de un documental canadiense de 2003 que realiza un paralelismo entre la conducta de la corporación moderna con ánimo de lucro y el comportamiento de un psicópata clí­nicamente diagnosticado. Los criterios del documental están sacados del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV). Estos criterios son: Cruel indiferencia por los sentimientos de los demás; temerario desprecio por la seguridad de los demás; falsedad; mentir y engañar repetidamente a los demás para conseguir un beneficio; incapacidad de sentirse culpable e incapacidad para ajustarse a las normas sociales relacionadas con el cumplimiento de las leyes. El documental, de casi tres horas de duración, muestra cómo las grandes corporaciones, aquellas que realmente dirigen y controlan el mundo, tienen un comportamiento que podría ser diagnosticado de psicópata. Un ejemplo de este comportamiento psicopáti­co lo podemos ver en la llamada la Guerra del Agua de Cochabamba, en Bolivia, ocurrida en 2000. Este conflicto bélico se desencadenó por la privatización del abastecimiento de agua municipal en favor de la Bechtel Corporation. Co­chabamba tiene en torno a un millón de habitantes y es la tercera ciudad más poblada de Bolivia. En 1993, impulsada por el Banco Mundial, Bechtel firmó un contrato con el presidente de Bolivia (Hugo Banzer). En pocos años, la tarifa de aguas subió en torno a un 200%. Dado el nivel de vida de la población, muchas personas se vieron obligadas a retirar a sus hijos de las escuelas o a dejar de ir al médico al objeto de poder pagarse el agua y sobrevivir. Para impulsar la política de privatización del agua, el gobierno boliviano aprobó la Ley 2029, que entre otras cosas prohibía que la gente recogiera ¡agua de lluvia!
Como consecuencia, la población se movilizó y hubo disturbios que duraron varios meses. El estado respondió con la represión, arrestando a los líderes de las protestas y declarando el estado de sitio. Al final, las presiones lograron derogar la ley. Además, Bechtel denunció al gobierno boliviano y reclamó indemnizaciones por valor de 25 millones de dólares. Este evento supuso un cambio en la mentalidad (psicopática) de las corporaciones. A partir de ese momento, se siguieron impulsando planes de privatización de agua en todo el mundo; pero ahora se procura hacer de manera que no se provoquen levantamientos.

SOCIEDAD ENFERMA:
En el mundo actual, es innegable que quienes ostentan el poder son mucho más las empresas, los bancos, el capital en sí, que los gobiernos, los cuales hacen de interfaz entre los verdaderos amos y el pueblo.
Se ha acuñado el término corporativismo, es decir, el gobierno de las corporaciones y multinacionales. Hoy se dice que la verdadera democracia está en los consejos de administración de grandes bancos y empresas, mucho más que en el sufragio popular. Si aceptamos esto, nos podemos preguntar en qué afecta esto a nuestra vida diaria, es decir, ¿en qué notamos que estamos gobernados por psicópatas? Siempre que hablamos de psicópatas acabamos hablando de víctimas. Es inevitable. La gran víctima de estar dirigidos por psicópatas es la sociedad, así en general. Sin que ello no implique que todos seamos víctimas individuales a su vez. No sólo en el aspecto de tener que sufrir un modelo injusto que deteriora el medio ambiente y nos impulsa a consumir cosas que realmente no necesitamos; es el modelo mental de la población, el gran afectado. Son las ideas de cómo ha de vivirse la vida, las que nos cuesta ver y entender, de la misma manera que el pez no repara en el agua en la que nada. Los psicópatas han moldeado la sociedad, la han hecho más psicópata.
Por ejemplo, la publicidad procura disociar-nos en los procesos de consumo y producción industrial. Hay toda una industria de información y entretenimiento que intenta que no seamos capaces de unir las causas con las consecuencias. Así, se intenta que seamos adictos a un estado consumista (es más, nos llaman consumidores), pero que neguemos o ignoremos los efectos medioambientales de nuestro modelo de producción y consumo.
También se intenta que pensemos que vivimos en estados de derecho, donde el poder emana del ciudadano, cuando la realidad es que sólo podemos votar una vez cada cuatro años y generalmente a partidos corruptos. El estado se vende al dinero en detrimento del electorado. Los procesos de privatización de las empresas públicas son generalmente una forma de erosión del ejecutivo  ya que el estado pierde su poder regulador en la economía y los servicios públicos y las empresas tienen una mayor influencia en las decisiones del mismo.
Se nos hace ver como necesarios y convenientes los procesos de privatización  cuando en realidad consisten en ro­bar a todo el mundo un poco de bien común  a fin de dárselo a otro y que pueda ganar dinero con ello vendiéndoselo a los primeros  Se miente diciendo que “no es rentable , pese a que el leit-motivde las privatizaciones lo constituyen los beneficios que reportan. Se nos hace ver que la guerra es algo normal y se nos manipula con el miedo. Miedo al terrorista (muchas veces inexistente), miedo al diferente  miedo a perder nuestra seguridad. Este miedo visceral impuesto y fomentado desde los grandes medios de comunicación es una consecuencia directa de estar gobernados por psicópatas.

MENTIROSOS COMPULSIVOS:
La crisis económico-social desatada como pan­demia a nivel internacional, es una muestra irrefutable de psicopatía a escala planetaria. Se hace que nos parezca normal y/o inevitable un mundo donde mueren de hambre miles de seres humanos, mientras esa tragedia coexiste con fortunas astronómicas. Es otra consecuencia de la psicopatía de nuestra sociedad. Otro de los rasgos notables del psicópata es su propulsión hacia la mentira. Qué decir de las relaciones públicas y la comunicación corporativa. Siempre que un político habla por un micrófono que, sin saberlo, estaba encendido, o cuando tenemos acceso a e-mails privados de gobiernos o empresas, nos damos cuenta que de cara a la opinión pública todo es teatro. Sabemos de gobiernos y empresas que ocultan información vital a la salud pública. Desde la toxicidad de ciertos productos, pasando por los niveles de metales pesados en el pescado. En el fondo, las élites desprecian a la gente común. Esto se puede ver a diario en noticias de corrupción o declaraciones de políticos..
Como dice el psicólogo Robert Haré:
Los psicópatas de a pie destruyen familias.
Los psicópatas corporativos, políticos y religiosos destruyen economías y sociedades enteras.

*La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular.
*En ocasiones nos encontramos con nuestro verdadero enemigo: NOSOTROS.
*Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos.

[J§l].
MMXIII.
NO HAY ANIMAL TAN MANZO, QUE ATADO NO SE IRRITE.


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